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La justificación por la fe


JUSTIFICACIÓN POR LA FE, ROMANOS 5:1-21

Justificación, martillo de juez

Explicación de Romanos 5:1


Romanos 5:1 "Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo"

Obejetivos del estudio bíblico

a) Presentar las virtudes que hemos recibido por haber sido justificados por fe
b) Señalar la mediación de Cristo como prueba del amor de Dios que nos lleva a la justificación por fe
c) Reflexionar que por uno entró la muerte de igual manera por uno entró la vida para nuestra justificación por fe

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Meditaremos un poco en la carta a los romanos en el capítulo 5:1-21. Estos textos nos hablan de la justificación por fe que hemos recibido todos en Cristo Jesús. En esta porción de la carta a los romanos estudiaremos los siguientes puntos:

Primero: La entereza, el carácter y la esperanza que nos produce la justificación por fe; segundo: La mediación de Cristo como prueba del amor de Dios, que nos lleva a la justificación por fe; tercero: La comprensión de que por uno entró la muerte y por uno entró la vida para nuestra justificación.

1. LAS VIRTUDES DE LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE (Romanos 5:1-5)


Antes de abordar estas virtudes (Entereza, carácter y esperanza) que nos produce la justificación por fe que habla el apóstol Pablo, es necesario que, definamos justificación por fe. Justificación desde los verbos en idiomas bíblicos: 


En hebreo se emplean las palabras sedeq o sedaqah, que derivan del verbo que significa ser justo o declarar que tal persona es justa o incluso hacer justo en relación con el pecado (Isaías 53:11). En griego dikaiosune (δικαιοσύνη), denota el acto de pronunciar justo, justificación, absolución; su significado preciso está determinado por el del verbo dikaioo; que se usa dos veces en la epístola a los romanos, significando el establecimiento de una persona como justa por absolución de culpa como en Romanos 4:25.

Justificación por fe en la teología bíblica:


Como término jurídico significa absolver (Declarar justo) y proporcionar sentencia favorable en un juicio. Su extensión como término teológico, es el acto de Dios de quitar la culpa y la pena del pecado, al mismo tiempo que hace justo a un pecador por medio del sacrificio expiatoria de Cristo. Pero que se logra solo si el penitente es capaz de creer o tener fe en que es justificado en ese sacrificio expiatorio de Cristo.

Este acto de Dios de quitar la culpa y la pena del pecado, nos ha proporcionado virtudes que el apóstol señala en Romanos 5:1-5, les presentamos cada virtud:

Entereza de los que hemos sido justificados:


Actitud de fortaleza emocional con la que una persona enfrenta situaciones de dificultad en su vida. Una actitud de entereza muestra la firmeza de ánimo de aquel que tiene la capacidad de resistir grandes dificultades en su vida. 

El apóstol señala esta entereza en los versos uno y dos con las siguientes expresiones claves que refleja la entereza de los que hemos sido justificados: "Tenemos paz (verso 1) estamos firmes (verso 2)". El apóstol habla de que los que hemos sido justificados también hemos recibido paz para con Dios y si tenemos paz con Dios también tenemos paz con nosotros mismos y esa paz nos da la actitud de resistir con fuerza emocional y por tanto mucho ánimo pronto, para enfrentar las peores circunstancias de la vida presente y terminar siempre firme

Carácter de los justificados:


Es aquello que nos identifica como diferentes a los demás en su forma de sentir, expresarse y actuar. Es una marca impresa que determina su accionar, formada por rasgos genéticos (Temperamento) y por influencia del medio. Influyen en el carácter; la emotividad (Reacción emocional mayor o menor ante un estímulo); la actividad: Hay personas que reaccionan más activamente ante la situación y otra en forma más pasiva o resignada; y la repercusión, que es la capacidad de respuesta de cada uno. 

El apóstol dice que los justificados por fe, obtienen un carácter distinto a los que no han sido justificados, y de esto habla en el verso 3 y 4 cuando usa expresiones como estas: "Nos gloriamos en las tribulaciones"; Kaucaomai (καυχάομαι), este es el término que uso el apóstol para este verso 3 del capítulo cinco y significa: "Jactarse o gloriarse". 

Debemos entender que el carácter que ha adquirido el justificado por fe es el de jactarse de las tribulaciones y no el de sentirse acabado por ellas, porque el carácter del justificado es lo que nos diferencia de los no justificados que las tribulaciones se jactan de los atribulados, por eso hermanos y hermanas, cuando nos encontremos en tribulaciones hagamos lo que dice la carta de Santiago 1:2-4 lean porque este es el carácter de los justificados.

Según los psicólogos expertos del tema del carácter dicen que el carácter no es nada que esté estático en el ser humano, al contrario, dicen ellos que, es un formación del carácter y que se forman cuando se juntan elementos como: La genética, el ambiente, la actividad, etc. 

El apóstol hablando del justificado dice que es la suma de elementos que él mencionó al final del verso tres y en todo el verso cuatro donde señala que el carácter del justificado está determinado por la tribulación que produce paciencia más prueba más esperanza; es decir que el carácter del justificado se va a formar por la suma de esos elementos encontrados en medio de la tribulación y por ese carácter es que los justificados pensamos que la tribulación no nos resta nada, sino al contrario nos suma, nos forma un carácter sólido, fuerte, apacible y de estima delante de Dios.

Esperanza:


Elpis (ἐλπίς) esperanza describe la feliz espera del bien, lo cual es el significado más frecuente, especialmente en las cartas paulinas. Tiene que ver con lo invisible y lo futuro (Romanos 8:24-25). El apóstol en el verso 5 dice que la esperanza en Cristo no avergüenza porque está feliz, es como si el apóstol dijese esa es la seguridad de nuestra esperanza bienaventurada o feliz, y esta espera feliz del bien no nos traerá vergüenza porque al final Dios cumplirá su promesa

Hermanos y hermanas estemos tranquilos y feliz porque Dios no nos dejará que seamos avergonzados por la iniquidad, sino que cumplirá sus promesas a sus justificados.

2. LA MEDIACIÓN DE CRISTO COMO PRUEBA DEL AMOR DE DIOS, QUE NOS LLEVA A LA JUSTIFICACIÓN POR FE (Romanos 5:6-11)


El apóstol presenta a Cristo como un mediador y una prueba del amor de Dios que es la fuerza para darnos la justificación. "Cuando éramos aún impotentes", es decir, desvalidos, totalmente incapaces de rescatarnos a nosotros mismos de los efectos de la caída, Cristo, motivado por amor soberano y no por mérito o logro humano alguno, murió por nosotros, los impíos. 

El carácter absolutamente único de este amor se hace evidente cuando consideramos que por una persona justa a duras penas alguien esté dispuesto a morir aunque, como rara excepción podría darse el caso de que por una persona buena alguien se atrevería a morir; Dios, por el contrario, demuestra su propio amor de este modo tan maravilloso, que cuando nosotros estábamos todavía en nuestro estado de invalidez y pecado, Cristo murió por nosotros.

Lo que Pablo está diciendo es que el amor de Dios, como es revelado en Jesucristo, no tiene ni precedente ni paralelo. Ningún mérito de parte nuestra podría haber movido a Cristo a morir por nosotros, porque él murió por nosotros "cuando éramos todavía pecadores"

Además, Jesús murió por nosotros "en el tiempo señalado", esto es, en el tiempo fijado por Dios (cf. Marcos 1:15; Gálatas 4:4), no por nosotros. ¡Cristo murió por los que eran malos, malos, malos! No había en ellos bondad que pudiera haber atraído su amor. En la muerte de Jesús por los pecadores Dios demuestra su "propio amor" soberano.

En Cristo Dios nos ama tan profundamente que el salvador murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores. Entonces, sí fuimos justificados por esa muerte o esa sangre de Cristo, tanto más seremos salvados de cualquier derramamiento futuro de la ira de Dios.

De esta, manera queda claro que nuestra justificación viene del amor de Dios a través del sacrificio de Jesucristo que murió por todos en la cruz del calvario y que esto no se debe olvidar porque según el apóstol Pablo en 1 Corintios 15:3 es la esencia del evangelio. Esto no se negocia por nada, porque es la base y esencia del evangelio.

3. POR UNO ENTRÓ LA MUERTE, POR UNO ENTRÓ LA VIDA, PARA NUESTRA JUSTIFICACIÓN POR FE (Romanos 5:12-21)


El versículo 12 al 14 afronta la cuestión del pecado. "Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron". 

En el versículo anterior, tenemos dos pruebas del origen del mal: En primer lugar, el pecado entró en el mundo por un hombre, y en segundo lugar, todos los de la raza humana pecan y todos mueren. Y la muerte reinó tanto, si el hombre era puesto bajo la ley como si estaba sin ley. Después de la entrada del pecado y de la caída del hombre, la ley nos fue dada durante 2500 años. Pues antes de la ley, había pecado en el mundo.

El pecado y la muerte entraron en la creación por medio de Adán. La muerte no es meramente la pena de una ley quebrantada, sino que al haber entrado el pecado, el resultado es la muerte, como lo expresa la palabra: "La paga del pecado es muerte". 

En contraste con el pecado y la muerte que entraron por Adán, a Dios le agradó revelarnos que la justicia y la vida han entrado por la dádiva de su propia misericordia. Solo que el don infinito tiene que sobreabundar sobre el finito, por terrible que haya sido el resultado del pecado del hombre. 

Dios en su favor gratuito nos dio un don que supliese nuestras necesidades. Por ello, Dios nos muestra con todo esmero como el don del favor gratuito, ha sobreabundado por encima del pecado (La raíz del mal) y por encima de la muerte que entró por Adán.

Versículo 15: "Pero el don no fue como la transgresión; porque si por la transgresión de aquel uno, murieron los muchos, abundaron mucho más para los muchos la gracia y el don de Dios por la gracia de un hombre, Jesucristo". 

Es indudable que el efecto de la ofensa del pecado de Adán sobre los muchos, sobre toda su posteridad, es grande y terrible, y todos pertenecemos a esto "muchos". La muerte pasó a todos los hombres. Sin embargo, si hemos pasado de muerte a vida en Cristo, tenemos que ver ahora como la gracia de Dios, y el don por gracia, por UNO (Jesucristo) a abundado a los muchos en Él.

Versículo 16: "Y con el don no sucede como en el caso de aquel uno, que pecó; porque ciertamente el juicio vino a causa de un solo pecado para condenación, pero el don vino a causa de muchas transgresiones para justificación". En Adán vemos un pecado, y las consecuencias que se han derivado el mismo en juicio. Ahora contemplamos el don gratuito. 

JESÚS FUE RESUCITADO PARA NUESTRA JUSTIFICACIÓN


Veamos a Jesús, nuestro sustituto: Todas nuestras iniquidades fueron cargadas sobre él, y ello para el propósito mismo de que por fe pudiésemos ser justificados de todas ellas. Y mucho más que esto, no solo justificados de todas nuestras iniquidades por su sangre, sino que él, habiendo muerto por nuestros delitos, fue resucitado para nuestra justificación.

Versículo 17: "Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más reinarán en vida por uno Jesucristo los que reciben la abundancia de gracia, y del don de la justicia" ¿Puede alguien negar que la muerte reina por el pecado sobre la raza de Adán? ¿Dónde está el médico que pueda suprimir el reino de la muerte? Jesús dice: "Yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano" (Juan 10:28). 

La muerte no tiene derecho alguno sobre aquellos que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia. Ellos reinan en vida por UNO (Jesucristo). Nada puede detener el curso de esta gracia; nadie puede arrebatarlos de su mano.

Versículo18: "Así que, de la manera que por un delito vino la culpa a todos los hombres para condenación, así por una justicia vino la gracia a todos los hombres para justificación de vida". El verdadero sentido de este versículo es: Por un delito vino juicio hacia todos los hombres; así mismo por un acto de justicia vino el don gratuito hacia todos para justificación de vida.

El versículo 19, el efecto de las dos acciones: El pecado de Adán y la obediencia de Cristo hasta la muerte: "Porque como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos". Es de absoluta importancia ver que esta justificación de vida está relacionada con él, y resulta de, su resurrección de entre los muertos.

Versículos 20-21: "Oh, el maravilloso y gratuito favor de Dios, ¡Su gracia! Acaso preguntas: ¿Por qué fue dada la ley, si el hombre no puede ser justificado por ella, sino puede dar una vida justificada? "La ley entró para agrandar la ofensa". 

Y puede que así haya sido incluso en tu misma experiencia personal. Puede que haya entrado con poder mortífero, y cuanto más te hayas esforzado por guardarla, tanto más ha abundado la ofensa. ¡Cuánto te habrás esforzado por hacer santa la carne! y cuanto más te has esforzado, tanto más has fracasado. "Mas cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia". ¿Crees tú a Dios en cuanto a esto? ¿Puedes ahora cesar de obras y reposar en el infinito y gratuito favor de Dios? "Para que así como el pecado reinó para muerte, así también la gracia reine". Sí, y ello "por la justicia para vida eterna mediante Jesucristo, Señor nuestro". 

No es la gracia sola la que reina, porque esto sería indiferencia al pecado; ni es la justicia sola, o el pecado tendría que ser condenado; sino que es la gracia por la justicia. Sí, y así reina y sigue reinando, para vida eterna. Pero si somos constituidos justos por y en Cristo, totalmente aparte de cualquier obra propia, habiendo sido perdonados los pecados, y no siéndonos contado el pecado a nosotros, luego se suscita una cuestión por lo que atañe a la justicia práctica: ¿Persistiremos en la práctica del pecado?

Los enemigos de la gracia de Dios siempre plantean la pregunta anterior o la presentan como acusación de que aquellos que mantienen la doctrina de la gracia soberana de Dios implican que viven en pecado para que la gracia abunde. Esta acusación es tan común en nuestro tiempo como lo era de parte de los fariseos en aquellos tiempos contra el apóstol. Pero ten la seguridad de que nada menos que esta gracia abunde puede dar reposo al alma por su justificación, pero no debemos persistir en el pecado.

Conclusión sobre la justificación por fe


Hemos visto en esta reflexión que por haber sido justificados por fe en el sacrificio de Cristo también recibimos virtudes como la entereza, la paciencia y la esperanza. Que el amor de Cristo ha sido mostrado por medio del sacrificio salvífico de Jesucristo

También nos hemos dado cuenta por medio de la escritura que Dios revirtió lo que aquel uno (Adán) introdujo a la humanidad pecado y muerte; permitiendo que el otro uno (Jesucristo) introdujera con su sacrificio justificación y por lo tanto vida eterna por su gracia salvífica.