Bienvenido a Reflexiones y Sermones Cristianos

Enseñanzas Cristianas, Sermones Cristianos, Temas Cristianos, Temas Bíblicos para predicar y Enseñar

Heridas del alma


DIOS SANA NUESTRAS HERIDAS (Isaías 55:5)

Un corazón roto. Heridas del alma

Sanando las heridas del alma


Isaías 55:5 "Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados"

Es maravillo saber que todo lo que nuestro Dios pasó tuvo un propósito; cada una de sus heridas, cada golpe recibido y todo su sufrimiento fue para que nosotros pudiésemos aspirar a una vida plena.


En lo natural cuando tenemos una herida le damos atención en dependencia del tamaño y profundidad de esta, si es pequeña, un simple rasguño, la ignoramos porque sabemos que ella sola sanará un día o dos, pero cuando la herida es profunda y sangrante tomamos medidas para curarla, cerrarla y cuidarla para que no se abra ni se ensucie pues podría contaminarse y las consecuencias podrían causar estragos en nosotros.

En lo espiritual ocurre lo mismo con las heridas, algunas pequeñas e insignificantes, y otras enormes y profundas que están dañándonos.

Somos vasos de barro, si hay grietas en estos vasos es porque hay heridas en el alma


2 Co 4:7 "Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros"

Dentro de nosotros tenemos un tesoro, Dios mismo dentro de nosotros, (Gál 6:20 "con Cristo estoy juntamente crucificado ,ya no vivo yo, mas Cristo vive en mí"), pero si Dios no esta en nosotros estamos completamente vacíos, es por eso que debemos cuidar que la presencia de Dios no se escape de nosotros.

Cuando una vasija tiene grietas, el liquido que se vierte en ella poco a poco se va filtrando hasta que queda completamente vacía; esas grietas mientras mas grande son mas líquido dejan salir.

(Podría interesarte: Jesús es ungido en Betania)

Cuando nuestro corazón ha sido herido y no hemos sanado, somos como esa vasija agrietada pues no logramos contener la presencia de Dios en nosotros. Un día sentimos la unción fresca en nosotros, nos llenamos de Dios, de su fortaleza, nos sentimos capaces de todo; pero nuestro corazón no logra retener la presencia de Dios y pocos días después estamos nuevamente desanimados, sin ganas de seguir luchando, débiles y sin esperanza, es entonces que nos preguntamos ¿Qué pasa conmigo?

Heridas del alma, como si fueran las grietas en las vasijas


Debes analizar un poco tu vida, pueden haber eventos que te han marcado y te han herido de manera que al recordarlo todavía te causa dolor, quizás tu infancia no fue la mejor y fuiste victima de abuso, quizás sufriste maltrato; a lo mejor vienes de una relación violenta donde el maltrato físico, verbal y emocional eran el día a día, y hasta hoy aun en tu mente se repiten las palabras que tanto dolor te causaron en su momento; puede que producto de esos eventos hoy tengas problemas de autoestima, eres una persona insegura, te cuesta confiar y te has vuelto alguien negativo, por mas que Dios te inunde de su presencia y te haga sentir mas que vencedor, a tu mente vendrán palabras hirientes que te harán sentir que no vales nada y no mereces la presencia de Dios, que todos esos planes hermosos de Dios para ti son algo imposible; esas heridas están haciendo que todo lo que Dios quiere darte (su unción) se filtre poco a poco y siempre te sientas vacío y solo.

(También puedes leer: El justo por su fe vivirá)

En lo natural las heridas son muy frecuentes y en ocasiones pueden implicar gravedad e incluso riesgo para la vida de la persona. Es muy importante la limpieza de las heridas, su desinfección y el empleo de antisépticos, tiras, esparadrapos y apósitos que consigan una rápida cicatrización, así como la restauración de la superficie de la piel que ha resultado afectada; así como una herida natural debe ser tratada, también las heridas del alma deben ser tratadas a tiempo para evitar una muerte espiritual.

Lamentablemente, las heridas que más dolor traen son de personas cercanas y queridas, de familiares y personas de confianza. Tal vez son golpes intencionales o no, provocados por una palabra o una mala actitud. Pero lo cierto es que no es lo mismo que un desconocido nos falte el respeto a que lo haga alguien a quien le hemos abierto el corazón. Y cuanto más si esa persona es un padre o alguien a quien admiramos, es ahí donde la herida se torna mas profunda, mas dolorosa y es ese tipo de herida la que mas rápido debemos tratar antes de que infeste todo nuestro ser.

¿QUÉ HACER ANTE LAS HERIDAS DEL ALMA? 


Ante las heridas del alma, no debes ignorar el dolor


Con frecuencia creemos que si ignoramos el problema este se resolverá, decir que no algo no nos afectó cuando realmente nos ha dolido solamente hará que suframos mas en silencio.

Puedes cubrir una herida física y fingir que no esta ahí, pero con el tiempo esa herida se irá pudriendo y causando mas malestar y dolor del que causaba en un inicio, lo mismo pasa con las heridas del alma, ignorarlas y hacer como que no duele no hará que desaparezcan y dejen de hacernos daño.

No dejes que las heridas te destruyan poco a poco, no ignores tu necesidad y busca al medico por excelencia, él sabe como tratar cada una de esas heridas, él sabe hasta que punto te han afectado y te han hecho daño, sabe la causa y solo él tiene la cura.

Las heridas del alma no deben minimizarse


A veces nos queremos convencer de que lo ocurrido no es de mayor importancia cuando en realidad nos está destruyendo MÁS, pensamos que fue algo insignificante, algo que es fácil superar y sin darnos cuenta nos esta causando mas daño del que pensamos.

(Puede que te interese: La justificación por la fe)

Este es un error que nos impide buscar ayuda a tiempo, minimizamos el problema y no buscamos como superarlo, pero cuando nos damos cuenta ya la herida es mas grande y profunda de lo que era en un principio, ya nuestro corazón esta tan agrietado que la unción de Dios se filtra cada vez mas rápido, cada vez nos dura menos el gozo, cada vez estamos mas deprimidos y si seguimos minimizando lo que nos pasó entonces nuestra herida jamás será tratada como se debe.

Las heridas del alma no deben proyectarse para adelante 


Es sentir que lo que hemos sufrido nos ha devastado, pero que no es tiempo de resolverlo sino que esperaremos que en el futuro se solucione. No podemos dejar para mañana lo que necesitamos hacer hoy, si lo dejas para después esa herida irá creciendo y profundizándose mas, causará mas dolor y será mas difícil de sanar.

Ante las heridas del alma no debemos tratar de escapar encerrándonos


Muchas veces queremos tratar de evitar tanto sufrimiento tapándolo con otra cosa o huyendo (Salmo 55:4-7) David estaba tan lleno de preocupaciones y problemas que prefería escapar (Salmo 55:3-7). Y ¿Quién no ha pensado en huir en momentos de dolor? "Y dije: !!Quién me diese alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. Ciertamente huiría lejos; Moraría en el desierto. Me apresuraría a escapar del viento borrascoso, de la tempestad." 

Sin embargo hay quienes buscan el escape escondiéndose detrás de vicios o de cubrirse de actividades que lo "ayuden a no pensar". Otros se cubre detrás de un carácter agresivo para no volver a ser lastimados o bien a través de máscaras que esconden verdaderamente su real condición.


Cuando te escondes detrás de mascaras, vicios o actividades que te distraen lo único que logras es dañarte mas, ahondar mas la herida y continuaras sin buscar la sanidad de esta.

No Repasar una y otra vez lo ocurrido.


 Esto le da lugar al resentimiento y la amargura en el corazón y no permite que podamos madurar sino, por el contrario, que no podamos dejar el pasado atrás.

Si repasas una y otra vez los eventos que tanto daño te causaron no lograras sanar, es como meter el dedo contantemente en una herida, cuando esta intenta cerrar, le metes tus dedos y la haces sangrar nuevamente, la abres y le impides cicatrizar, esto mismo pasa con las heridas del alma, repasarlas una y otras vez solo lastima mas.

Ante las heridas del alma debemos evitar llenarnos de amargura


La amargura detiene la cicatrización de las heridas, una persona con un corazón lleno de resentimiento, es alguien que no puede ser estable en sus emociones. 

Su presente está marcado por el dolor del pasado, no disfrutará su presente por el dolor de su pasado; nuestro Dios pagó por nuestra paz pero la amargura por heridas del pasado no te permitirán gozar de esa paz.

DIOS HA VENIDO PARA SANAR TUS HERIDAS 


En el antiguo Israel los pastores usaban el aceite con tres propósitos: repeler los insectos, prevenir los conflictos y curar las heridas. 

La mayoría de las heridas que el pastor cura en las ovejas son consecuencias de la vida en la pradera, espinas que se encarnan, o heridas de rocas, o el haberse rascado en forma muy ruda contra el tronco de un árbol.

Las ovejas se hieren por eso, el pastor regularmente, a veces diariamente, inspecciona las ovejas, en busca de cortes y magulladuras. No quiere que los cortes se agraven, no quiere que las heridas de hoy se conviertan en una infección mañana.

El pastor ungía a sus ovejas y con ese aceite sanaba las heridas por los depredadores y también le ayudaba a repeler los insectos que podían provocar heridas profundas.

Dios es tu pastor y quiere sanar tu pasado y llevarte lejos de quienes quieran dañarte en el presente. Es tiempo de enfrentar de la mano de Jesús al pasado y dejar que él unja las heridas con su aceite.

Más allá de todo lo que te hayan hecho, hoy Dios te puede sacar de cualquier pozo de desesperación y llevarte a vivir una vida de victoria!

1. Salmos 39:2 "Enmudecí en silencio, me callé aun de lo bueno; y se alborotó mi dolor". HABLA de esto; no es cuestión de callar sino de confesar a quienes puedan ayudarme a salir del pasado, busca consejería, busca a tu pastor.

2. Santiago 5:16 nos muestra un secreto: "la confesión y la oración." Es la oración de fe la que abre el corazón de Dios.
 Si estás dolido, confiésalo a pastores, a personas que los pastores designen y a Dios mismo. La clave es abrir el corazón solo así puedes tener una vida diferente, dejar atrás tu pasado e iniciar una vida saludable, sin heridas, sin amargura y sin dolor.

3. Confía y abre tu corazón porque el Señor está atento a tu oración 

LAS HERIDAS DEL ALMA, CONCLUSIÓN


Es tiempo de clamar al Señor y decirle: ¡Enséñame a salir del dolor! 

No permitas que Las Heridas de tu pasado gobierne tu presente. Suelta el dolor, renuncia al resentimiento y podrás vivir en libertad.

Nuestro Dios ya pagó por cada una de tus heridas, quizás el mundo te ha dejado marcas y heridas muy profundas pero aquí esta el buen pastor buscándote día a día para curarte y ungir cada una de esas heridas, solo debes dejar que se acerque y pueda sanarte