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Reflexión sobre el paralitico de Betesda, Agita las aguas


Agita las aguas en tu vida, reflexión sobre el paralítico del estanque de Betesda, prédica escrita

El paralítico del Estanque de Betesda

Reflexión sobre el paralítico de Betesda, sermón (El estanque de Betesda, prédica escrita)


“Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. En éstos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua.

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Reflexión del estanque de Betesda y El paralítico


Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese.

Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano? Señor, le respondió el enfermo, no tengo quien me meta en el estanque cuando se agita el agua; y entre tanto que yo voy, otro desciende antes que yo.

Jesús le dijo: Levántate, toma tu lecho, y anda. Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo. Y era día de reposo aquel día (Juan 5:2-9)

AGITANDO LAS AGUAS EN EL ESTANQUE DE BETESDA


Reflexionando sobre el paralítico de Betesda... agitando las aguas


Este pasaje se centra en un hombre necesitado y un Dios deseoso por ayudarle, la oportunidad de su vida estaba frente a él y necesitaba poder identificarla.

Un ángel descendía para agitar el agua del estanque de betesda


Una multitud esperaba por un milagro, que un ángel descendiera, agitara las aguas (Mover de un lado a otro) y así poder recibir la sanidad que tanto anhelaban.

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Lo mejor era que alguien mayor que un ángel estaba frente a ellos y no solo podrían haber recibido sanidad y salvación todos los que ahí estaban; pero fue solo uno el que recibió lo que tanto anhelaba ¿Qué pasó?

Desarrollo:

1. Para muchos el movimiento del agua en el estanque de Betesda era una fuente de esperanza:


Para muchos esa era la única forma de recibir sanidad, multitudes esperaban en el estanque de Betesda sin importar cuanto tiempo podrían pasar esperando el movimiento del agua; pero la sola idea de ser sanos los mantenía en ese lugar.

Muchos esperaban el movimiento de las aguas en el estanque de Betesda, que se muevan las aguas en tu vida


Hoy en día muchos yacen en las iglesias esperando el movimiento de las aguas al igual que en el estanque de Betesda, esperando un evento grande para ver la gloria de Dios, esperando una campaña para que almas vengan a los pies de Cristo, esperando un predicador extranjero que venga y ore por ellos para recibir un milagro; son muchos los que hoy en día dejan pasar la gloria de Dios esperando un mover de aguas en el estanque en lugar de ver el mover de las aguas en sus vidas (Juan 7:37 “de su interior correrán ríos de agua viva”)

2. ¿Por qué agitar las aguas? tal como se agitaban las aguas del estanque de Betesda


Las aguas estancadas no tienen oxígeno 


El agua al perder el oxígeno se convierten en aguas dañinas para quien las quiera usar, son fuente de bacterias, con el tiempo toman mal olor y su color se torna verdoso, cuando no agitas las aguas del espíritu constantemente entonces tu vida espiritual pierde el oxígeno, ya no hueles a cristo (2 Co 2:15-16) sino a muerte; por eso es tiempo de agitar las aguas con tu oración, con una alabanza, buscar la presencia de Dios que agite las aguas de su Espíritu y un avivamiento pueda llegar a tu vida.

Es tiempo de agitar las aguas; las multitudes esperaban quietos viendo al estanque, sin hacer nada más que esperar; muchos quieren ver milagros y un gran avivamiento en sus iglesias pero permanecen quietos, no hacen nada por un mover de la presencia de Dios, es sencillo esperar a que otro agite las aguas, el problema es que solo uno recibe bendición y hoy en día quien recibe su milagro es el que agita las aguas del Espíritu de Dios, esos son los que hacen que la gloria del Dios descienda sobre ellos y puedan ver cosas maravillosas,

3. No esperes a que el agua se mueva, agita las aguas y has que se mueva.


Agitar las aguas es mover con fuerza de un lado a otro, ese movimiento hace que esta recupere oxígeno y no se conviertan en aguas estancadas e inservibles. El mover de la presencia de Dios requiere de fuerzas porque siempre hay obstáculos que quieren impedir ese fluir de Dios y detener el avivamiento no solo en tu vida sino en tu iglesia porque cuando hay un pueblo avivado hay una iglesia poderosa.

Aviva tu oración, aviva tu alabanza, aviva cada predica con un gloria Dios, agita las aguas y has más intensa tu relación con Dios, aviva cada mañana el fuego que una vez recibiste, no dejes que se apague. No dejes que el agua se estanque porque pierde su condición. 

4. Nuestro Dios está interesado en tu condición


Pudiendo estar en un festejo decidió ir a un lugar lleno de enfermos (Jn 5:1) ¿Sabes porque? Porque él estaba interesado en ese hombre que ya había perdido hasta la esperanza, ya quizás solo veía el estanque de betesda con anhelo y a la vez con impotencia; ya se había resignado a que nunca recibiría sanidad.

Dios sabe cuál es tu necesidad, sabe por lo que has pasado, lo mucho que has llorado; sabe que ya has perdido o estas a punto de perder la esperanza y es por eso que se presenta ante ti; no quiere que veas de largo como se mueven las aguas en otros, como otros recibe su milagro, como otros han cambiado su lamento en danza, Dios quiere agitar las aguas en tu vida, que sientas correr ese Espíritu, que ese avivamiento pueda llegar a tu vida y recibas la respuesta que tanto anhelas.

5. De tiempo en tiempo


El ángel descendía de tiempo en tiempo y solo uno recibía sanidad cada vez que agitaba las aguas, este hombre ya tenía 38 años y llevaba muchos años enfermo ¿Cuál era su condición?

a. Acostado: ya ni siquiera intentaba alcanzar el agua

b. Solitario: nadie lo acompañaba ni le ayudaba

c. Resignado: creía ya nunca podría ser sanado

d. Frustrado y amargado: al saber que no podía alcanzar las aguas de primero quizás sentimientos de impotencia amargaban su vida.

6. ¿Quieres ser sano?


La pregunta de Jesús quizás para muchos podría sonar ridícula, muchos podrían pensar “si el hombre iba al estanque era porque quería ser sanado”; la pregunta era precisa y concisa ¿Quieres? Pero este hombre en lugar de dar una respuesta dio motivos por los que no podía ser sanada según su criterio

a. No tengo quien me lleve al estanque (Culpar a otros)

b. Yo voy y otro desciende antes (Justificación, frustración y amargura)

Cuantas veces esa ha sido nuestra respuesta al momento en que Dios quiere hacer algo en nosotros, Dios pregunta ¿Quieres? Y nosotros empezamos a dar un sin número de motivos por los cuales creemos que no podemos recibir nuestro milagro, Dios solo quiere que respondamos y el ¿Cómo? Ya es asunto de él.

Quizás no tengas a nadie como este hombre, quizás otros son mejores que tú y piensa que no eres apto o capaz para hacer aquello que tanto anhelas; Dios en esta hora a través de esta corta reflexión quiere que contestes con un simple “Si Quiero” que dejes que su poder se mueva en tu vida y agite las aguas de su Espíritu para que puedas ver su poder y lo grande que nuestro Dios es.

Conclusión:

AGITAR LAS AGUAS COMO SE AGITABAN EN EL ESTANQUE DE BETESDA


Jesucristo es el que agita las aguas


No importa cuántos años has estado esperando un mover de la presencia de Dios en tu vida, lo que importa es que el que agita las aguas está aquí, viene por tu necesidad y solo está esperando que digas Si Quiero para poder obrar de una manera grande en tu vida.

Ya deja de anhelar una iglesia avivada, aviva tu vida agitando el mover de Dios en ti y tu avivamiento contagiará a otros; deja de esperar que otros hagan lo que Dios quiere que tu hagas, deja de justificarte y culpar a otros de tu estado.

Conclusión del paralítico de Betesda: No te estanques, no te conformes (Prédica sobre el estanque de Betesda, reflexión final)


No dejes que la rutina cambie tu vida de forma negativa, mantente en constante movimiento, agita la presencia de Dios en tu vida, mueve su mano a favor tuyo con esmero y dedicación y cosas grandes pasaran en tu vida, tu familia y tu iglesia.

Hoy es el día en que tienes que estar en constante movimiento Levántate, (decídete), Toma tu lecho (Actúa) Y anda (Mueve y Recibe tu milagro). Así como el movimiento del agua en el estanque de Betesda, también agita las aguas y recibirás tu milagro.