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El joven rico, Marcos 10:17 - 31


UN JOVEN RICO QUE QUISO SEGUIR A JESUS

hombre leyendo sobre un montón de monedas

El joven rico, Marcos 10:17-31


Este joven rico mostró ante Jesús una gran honestidad. Preguntó qué debía hacer ahora para ser feliz para siempre. La mayoría pide bienes para tenerlos en este mundo; cualquier bien, pero éste joven pide el bien que hay que hacer en este mundo para disfrutar del bien mayor en el otro. Es entonces cuando Jesús estimula esta pregunta asistiendo su fe y guiándolo a la práctica.

Sin embargo, la repuesta de Jesús provoca una separación penosa entre Jesús y este joven, la repuesta en lugar de ayudarlo lo desanimó y el joven rico lamentó no poder ser un seguidor de Cristo en condiciones más fáciles; lamento el hecho de no poder obtener la vida eterna; se fue triste.

Muchos de nosotros estamos familiarizados con la interacción que Jesús tiene con el joven rico como se relata en tres de los Evangelios (Mateo 19:16-22, Marcos 10:17-22 y Lucas 18:18-23). Al final de la conversación, Jesús presenta el siguiente desafío a este joven: “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.” (Mat. 19:21). Como sabemos por estos relatos, este joven se va de la presencia de Jesús porque  era rico y tenía muchas posesiones.

LAS PALABRAS DE JESUS AL JOVEN RICO, MARCOS 10:17-31


Los mandamientos sabes Marcos 10:19


Ese joven conocía los mandamientos, sus palabras fueron "Todo esto lo he guardado desde mi juventud, ¿Qué mas me falta?", Muchos dirían, "no te falta nada, pues tienes riquezas, honores, una vida aceptable", pero ante la realidad presentada por Jesús le faltó todo.

Recordemos que debido a la naturaleza pecadora del hombre, es imposible que alguien pueda guardar los mandamientos de manera perfecta, y en razón de ello la salvación es por gracia. Esto es lo que Jesús está tratando que el hombre comprenda, pero el joven rico en lugar de reconocer que era imposible cumplir la ley en su totalidad, declaró confiadamente que él calificaba para entrar al cielo bajo aquellos términos.


Una cosa te falta Marcos 10:21


Es maravilloso leer "Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta"; antes de dar la respuesta a este joven, la palabra de Dios nos dice dos cosas importantes: 
  1. Mirándole: El verbo griego empleado aquí indica una mirada intensa, que sin duda el joven pudo notar. Jesús lo vio de una manera especial y diferente
  2. Le Amó: Jesús ve la necesidad del joven y le amó, por eso pasa a darle la información deseada. (Es amor de parte de Dios el que nos hace posible la salvación eterna y nos proporciona la información necesaria para alcanzarla. ¿Apreciamos nosotros ese amor?)
Jesús, siendo Dios, conoce el corazón del hombre, sabe que está persona tiene una falta que impide su salvación eterna y esa falta es la confianza que tiene en las riquezas (Marcos 10:24). Cristo está tratando de mostrarle al joven rico que, en realidad, la confianza y el amor que tenía al dinero estaba violando la ley y hacía de él un pecador cuando afirmaba que guardaba la ley desde su juventud.

Jesús sabía que la codicia era el pecado que más fácilmente incomodaba a este joven; aunque había obtenido honestamente lo que poseía, no podía, sin embargo, separarse de ello con alegría, y así demostraba su falta de sinceridad.


VENDE TODO LO QUE TIENES, MARCOS 10:17-31


Al joven rico se le pide vender todo, Marcos 10:17-31


He leído este pasaje cientos de veces y todavía estoy lleno de una gran variedad de posibles pensamientos y reacciones emocionales. ¿Habría tomado la misma decisión que este hombre, o habría dejado todo atrás? 

Quizás podamos ver parte de nosotros en el joven, especialmente el desafío en nuestra alma que surge cuando nos damos cuenta de que seguir a Jesús significa que quizás tengamos que dejar algunas cosas atrás en nuestra vida. Definitivamente hay mucho que Jesús quiere revelarnos a cada uno de nosotros a través de nuestra oración y meditación sobre este pasaje de las Sagradas Escrituras.

Vende todo lo que tienes


¿Por qué un mandamiento tan drástico? Porque Jesús, conociendo el corazón de este joven vio que  se requería de medidas drásticas y como el Buen Médico le dijo la verdad. Le convenía a este joven hacer como el hombre de la parábola de la perla preciosa que "habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró"

 Hay varias maneras de vender todo:
  1. Abraham dejó su tierra y su parentela (Génesis 12:1)
  2. Moisés dejó el honor, la autoridad, los placeres, etc. de Egipto (Hebreos 11:24-26)
  3. Pablo dejó todas las ventajas que tenía en el judaísmo (Gálatas1:14; Filipenses 3:3-8)
En realidad lo que Jesús dice al joven rico se puede comparar con lo que dice en Mateo 16:24 "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame." Lo que muchos no quieren reconocer es que Dios requiere "todo" de todos 2 Corintios 8:5, "Sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor".

Si alguien quisiera resumir este encuentro de manera concisa, se podría decir que el joven rico no fue capaz de decir “sí” a Jesucristo. Este hombre no podía seguir a Jesucristo en este momento de su vida. Si hubiera podido decir “sí” a Jesucristo, su vida habría sido indudablemente bendecida por la entrega de sí mismo. Sin embargo, la respuesta del joven fue “no” porque no podía renunciar a algunas cosas en su vida. No podía romper los apegos y las relaciones que tenía en su rica vida. Imagino que este joven reconocía que muchas de las cosas que tenía en su vida eran buenas, y a algunas cosas buenas tenía que decir “no” para poder decir “sí” a la fuente de todo bien, que es Jesucristo. 

El joven rico se fue triste, Marcos 10:17-31


Su tristeza se debe a sus muchas riquezas poseídas; él estaba consciente de su defecto, su falta. Este joven quiere la vida eterna pero también confía en las riquezas, no quiere pagar el precio de la vida eterna. No ha entendido que "El que confía en las riquezas no confía en Dios"

Dios no se opone a que los cristianos posean cosas materiales. Sin embargo, se opone a que las cosas materiales «posean» o dominen a los cristianos. En este pasaje, el joven rico había guardado la Ley toda su vida, pero sus riquezas lo dominaban; no fue capaz de renunciar a las cosas materiales, ni siquiera con el fin de obtener la vida eterna. Este episodio constituye un ejemplo triste de lo que puede pasar cuando la gente pone su confianza en los bienes materiales, en vez de depositarla en Dios, quien las da. Debemos de recordar siempre que "Las cosas y los bienes que poseemos se deben de usar, pero no se deben amar". Cuando se trate de servir a Dios no te vayas triste como este joven, toma tu cruz, despójate de aquello que te impide seguirle y síguele, no pierdas tu oportunidad. (Te puede interesar también La Lealtad a Dios)

¿CUAL SERIA TU RESPUESTA?


El joven rico tuvo una respuesta, Marcos 10:17-31, ¿Cuál sería la tuya?


Hermanos y hermanas, la sociedad contemporánea nos desafía a decir “sí” todo el tiempo. Nuestras vidas agitadas apuntan a esta realidad, y honestamente creo que muchos de nosotros sabemos que hemos dicho demasiado “sí”. Sin embargo, nuestro “sí” es exigido por muchas cosas buenas: relaciones, actividades y responsabilidades. Estamos en la posición del joven rico en nuestra relación con Jesucristo. ¿A qué le vamos a decir “no” en nuestra vida para no perder la invitación de Jesucristo a seguirlo más de cerca? Esta es una pregunta con la que cada uno de nosotros debe luchar en nuestras vidas.